Bielorrusia es un viejo lastre del Viejo Continente. En teoría, gobernado por el presidente Alyaksandr Lukashenka, pero aquello no es más que un engaño, pues el mandatario lleva cuatro períodos y en los últimos comicios (2010) nuevamente ganó en base a manipulación y falta de transparencia. Arresto de candidatos opositores, censura en Internet y acoso a la prensa se cuentan entre las múltiples acusaciones en su contra.
El presidente Belorruso no respeta ala libertad como en las siguientes declaraciones.
Lukashenko, el presidente bielorruso: 'Mejor ser un dictador que ser gay'
El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko.
La bautizada por occidente como ‘última dictadura de Europa’ dura ya
veinte años. El pasado 20 de julio se cumplieron dos décadas desde que
Alexandr Lukashenko, todavía en el poder, fuera proclamado Presidente de
la República de Bielorrusia. Se trataba del primer presidente electo de
una república que nació tres años antes, en 1991, resultado de la
desmembración de la Unión Soviética. La cuestión de cómo se ha podido
mantener un régimen de tales características en Europa, y en pleno siglo
XXI, responde a una concatenación de factores interdependientes que han
servido para perpetuar una dictadura y un dictador que va camino de
revalidar su mandato en los comicios presidenciales de 2015, ante la
falta de elecciones libres. Con el objetivo de entender mejor esta
situación anómala en el Viejo Continente, en este artículo nos hemos
propuesto dar las principales claves de la perduración del
extraordinariamente longevo régimen bielorruso
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