domingo, 13 de diciembre de 2015

DIARIO ROJO DE CARLOTA

Carlota estaba en el tren subida casi aplastada. Ella estaba intentando olvidar a Koert porque era un impresentable pero ella estaba muy enamorada de él. 
Alguien le robo la cartera pero ella no se había dado cuenta hasta que un buen niño la paro y le dijo "esta es tu cartera que te la habían robado". Ella se lo agradeció, y el le dijo que la acompañaba y ella le dijo que no iba para su casa que iba para la librería pero de todas maneras el dijo que la acompañaba. Fueron a la librería y ella pidió una libreta roja y explico su proyecto y al niño que se llamaba Flanagam dijo que el también iba ha hacer el diario rojo, y así fueron hablando y quedando. Un día quedaron en el parque para hablar del diario pero terminaron dándose el lote porque vieron a una pareja y surgió. Luego otro día hablando también del diario, quedaron en la casa de la madre de Carlota porque los padres de ella estaban separados y la madre tenia una entrevista, y la casa estaba sola entonces quedaron allí. Pero llego la madre de repente que se había cancelado y no pudieron hacer nada. La segunda vez quedaron otra vez en casa de la madre de Carlota que por fin tenia la entrevista y hicieron el acto sexual por primera vez. No se puso protección y aun que la primera vez es difícil quedarse embarazada podía dar la casualidad. Pasaron unos días y a Carlota no le venia la regla estaba muy asustada, fue con sus amigas a un centro de información y le estuvieron explicando. Unos días después le vino la regla. Le hablo el impresentable de Koert y se le revolvió todo los sentimientos y quedo otra vez con Flanagam lo hicieron otra vez pero esta vez con protección porque no quería que le pasara como la ultima vez y resulta que los dos llevaban protección y después de todo Carlota le contó que Koert le había hablado.......








 Este libro es informativo y a la vez te cuenta una historia, yo lo recomendaría. Un fragmento que me ha gustado mucho: A los chicos no les hacen falta palabras dulces... pero también les pueden gustar. De hecho, los chicos van de duros porque los han educado así; pero si son capaces de permitírselo, también aprecian las muestras de afecto.  
 

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