martes, 12 de abril de 2016

Entrevista a sor Irene




Belén:¿Creías desde pequeña que ibas a ser hija de la caridad ?

Sor Irene: No, no lo sabía. Yo desde pequeña quería ser Guardia civil.

Belén:¿Cómo descubriste tu vocación?
¿Desde que edad?

Sor Irene: Mi vocación la fui descubriendo poco a poco.

Comenzó cuando yo tenía 14 años y me apunté a la catequesis de confirmación. Y para recibir esas catequesis entré en una asociación cristiana llamada Juventudes Marianas Vicencianas “JMV” aquí conocí a muchos buenos amigos y amigas y además fui conociendo la vida del señor Jesús . Su evangelio.

Además también empecé a conocer a las hijas de la caridad que estaban en una residencia de ancianas .
Yo las veía y las veía felices. Me llamaba la atención.

También empecé a ir a la residencia y ayudaba a las ancianas a pasear, hablaba con ellas y a veces ayudaba a dar de comer. Esto me hacía sentirme bien y poco a poco fue llenando mi vida.


Con 15 años me confirmé y el obispo me hizo una pregunta “Irene, si dios te llamara, ¿tú que le dirías? “

Y yo le dije:” Si me llamara, pues le digo que sí”.

Esta pregunta la fui acompañando a lo largo de mi juventud.

Yo salía con chicos, pero esta pregunta seguía estando en mi cabeza. Además tenía contacto con las ancianas, me hacía sentir, que el Señor quería algo más de mí. Había algo que me dejaba inquieta.

Cuando cumplí 19 años me fui a vivir a Granada (Yo soy de Ceuta) y allí estudie Trabajo Social.
En Granda hice un voluntariado en un comedor social para personas que viven en la calle y allí iba yo una vez a la semana por la noche a dar de cenar.

Todavía recuerdo a Alexandro , un hombre italiano que cada vez que me veía luego en la calle , me llamaba para charlar y hablar conmigo. Nos hicimos amigos.
Me contó su vida y cómo llegó a acabar viviendo en la calle. Todavía me acuerdo.
Son cosas que no se pueden olvidar.

Así yo iba viendo que el señor me necesitaba.
Yo seguía yendo a la catequesis en Granada y también los domingos iba a una residencia de ancianas y allí les ayudaba a darles de comer.
Aparte yo tenía mis amistades de la universidad y salíamos.

Pero ayudar a los que me necesitaban me aportaba mucho a mi vida, me hacía sentirme bien, me llenaba y daba un sentido a mi vida .

Además también iba sintiendo como la oración que yo hacía me iba viniendo más a Dios y sentí que él me quería para él, para que llevara a todos el amor de Dios y ayudara a ser a la gente un poquito más felices.

Así que cuando terminé la carrera con 22 años, decidí intentarlo y probar a ver si el señor me quería como hija de la caridad. Así pedir entrar en la compañía de las hijas de la caridad y poco a poco fui sintiendo que esta vida me llenaba y me hacía feliz.

Desde entonces, ya llevo trece años siendo hermana y me siento muy feliz siéndolo.

Belén:¿Te arrepientes de la decisión que tomaste?¿Porque?

Sor Irene: no, no me arrepiento. Porque siento que estoy donde creo que estar, que es mi lugar en el mundo.

Todo tenemos una misión en este vida, creo que la mía es estar con el Señor, llevando el amor de dios a todos, en especial a los que más lo necesita. Y ayudarlos a que salgan a delante, se premociones y así ser más felices en la vida.

Una vez mi profesor nos dijo: “El día que sepas lo que quieres se serás más feliz”

Belén: ¿Qué es lo más fascinante de ser hija de la caridad?

Sor Irene: Lo más fascinante de ser hija de la caridad es que me siento privilegiada por ser lo que soy. Porque tengo la suerte de querer a muchas personas y sentirme que me quieren a mí también.

Que hacer el bien a los demás, es llevar el reino de dios.
Y como no estoy sola , porque vivo en comunidad , pues aunque en la vida halla también dificultades, pues me ayudan hermanas a superarlo.

Belén: ¿Cómo reaccionaron tus padres cuando les dijiste que querías ser hija de la caridad?

Sor Irene: Mis padres no reaccionar muy mal. Pero al principio les costó aceptarlo. Sobre todo que no estuviera entre ellos. Pues ellos pensaban que cuando terminara la carrera, me iría a vivir de nuevo a casa con mis padres. 

Pero no fue así.
También hay mucha gente que se va a vivir a otra ciudad o por ejemplo hay militares que los destinan a otros pueblos. 

Así que más o menos es igual.

Actualmente mis padres están muy contentos y lo llevan bien. Yo los veo en vacaciones y ellos también vienen a verme.

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