Ébola
El ébola es una enfermedad infecciosa viral aguda que produce fiebre
hemorrágica en humanos y primates (monos, gorilas y chimpancé), causada
por el virus del Ébola, que se describió por primera vez en el año 1976 por el Dr. David Finkes,
cuando se presentaron varios casos de fiebre hemorrágica en Zaire y
Sudán. El nombre del virus se debe al río Ébola, geográficamente ubicado
en Zaire.
El virus del Ébola es uno de los dos miembros de una familia de virus de ARN (ácido ribonucleico) llamado Filoviridae.
Existen cinco serotipos del virus del Ébola: Ébola-Zaire, Ébola-Sudán,
Ébola-Costa de Marfil y Ébola-Bundibugyo. El quinto serotipo, el
Ébola-Reston, ha causado enfermedad en los primates, pero no en humanos.
Es una infección que se caracteriza por una alta tasa de mortalidad,
que oscila entre el 50% y el 95% de los afectados. Debido a su
naturaleza letal, este virus es considerado como un arma biológica.
La prevalencia del ébola es difícil de determinar, porque suele
presentarse en forma de brotes o epidemia, sin embargo, en países como
Estados Unidos la infección por este virus no es endémica, aunque
existen registros de varias personas que trabajan en contacto directo
con primates y que han adquirido la infección por el tipo Ébola-Reston;
afortunadamente, este tipo de virus no ha demostrado efectos patogénicos
en seres humanos. Otras personas en riesgo potencial son los
trabajadores de laboratorio que trabajan con animales infectados o con
cultivos del virus en tejidos.
Actualmente, se considera que las personas en riesgo de contraer
fiebre hemorrágica por virus del Ébola son aquellas con antecedentes de
viajes a África subsahariana, las personas que cuidan a los pacientes
infectados, así como los trabajadores que se encuentran en contacto con
primates infectados de origen africano.
Cronología del ébola y brote actual en África
Países como Sudán y Zaire han registrado brotes en 1976, con 284
casos y 151 fallecidos, y 318 casos 280 defunciones respectivamente,
Inglaterra para ese mismo año registro un solo caso sin fallecidos; en
el año 1979 se produce un nuevo otro brote en Sudan con 34 casos y 22
fallecidos. Hacia la década de los 90 se presentan casos en Filipinas
(3), Virginia y Texas (4), así mismo durante los años 1994 al 2000 Gabón
registró el mayor número de casos, con más de 350 personas infectadas y
alrededor de 280 fallecidos. En el año 2007 Uganda
registra un nuevo brote de fiebre hemorrágica por virus del Ébola con
149 infectados y 37 muertos. Este mismo país decretó a principios de
octubre de 2012 el fin del brote de fiebre hemorrágica del Ébola que se
ha cobrado la vida de 17 personas, según datos de la OMS.
En marzo de 2014 se ha registrado el último brote, en Guinea Conakry,
donde el número de afectados supera ya los mil y se ha extendido por
Liberia, Sierra Leona y Mali, y en menor medida Nigeria. A día de hoy
(agosto 2014), la OMS ha reconocido que el virus está fuera de control,
debido sobre todo a la facilidad y rapidez que tiene para propagarse,
por lo que están haciendo todo lo posible a nivel regional e
internacional para intentar prevenir su expansión a otras fronteras.
Asimismo, se está desaconsejando viajar -salvo casos de extrema
necesidad- a las zonas de África Occidental más azotadas por este brote.
Los afectados superan ya los 7.500 y los muertos alcanzan los 3.500, la
gran mayoría en Liberia.
En los últimos días de septiembre, se detectó en primer paciente
infectado por ébola en EE.UU., que viajó a Dallas (Texas) tras haberse
contagiado en Liberia y pasar los controles aeropuertuarios. El 6 de
octubre, una enfermera que había tratado en Madrid a los dos misioneros
españoles fallecidos por ébola, se ha convertido en la primera persona diagnosticada por ébola fuera de África.
¿Cómo se transmite el virus del Ébola?
El virus del Ébola está considerado como sumamente infectivo, debido a
su alta tasa de mortalidad, la rapidez con la que provoca la muerte y
las zonas remotas donde se producen las infecciones. Se transmite a los
humanos a través del contacto con un animal huésped infectado vivo
o muerto (monos, murciélagos, antílopes…) y se disemina de persona a
persona por el contacto con la sangre, tejidos, secrecciones y los
fluidos corporales del sujeto infectado, y por el contacto con equipo
médico contaminado, tales como agujas.
Las infecciones por virus del Ébola son agudas y no existe el estado
de ‘portador’. Debido a que el reservorio natural del virus es
desconocido, la manera en que el virus aparece por primera vez en un ser
humano en el inicio de un brote no se ha determinado aún.
La transmisión nosocomial se refiere a la
propagación de una enfermedad dentro de un centro hospitalario, este
tipo de transmisión ocurre con frecuencia durante los brotes de virus
del Ébola. En la mayoría de los centros de salud de África los pacientes
son atendidos sin mascarilla, batas o guantes. Además, cuando las
agujas o jeringas que se utilizan pueden no ser del tipo desechable, si
se contaminan con el virus y luego se vuelven a utilizar, muchas
personas pueden ser infectadas.
De hecho, si se produce la muerte del afectado por el virus, el
protocolo indica que no se le puede realizar la autopsia por el alto
riesgo de contagio por los fluidos de la víctima, por lo que deberá ser
incinerado
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